Esto le pasa a un bebé, a alguien que nace a la vida. En estos seis meses, nosotros estamos intentando renacer de nuestras cenizas. De las cenizas de la injusticia. En estos seis meses, muchos de nosotros estamos aprendiendo, a convivir con el dolor por la ausencia de nuestros seres queridos; convivir con el temor de que otros chicos enfermen o que sus trastornos psíquicos y físicos sean difíciles de recuperar; enfrentar la vida con la mirada hacia adelante, mientras visitamos a quienes amamos tanto, en el cementerio y cada uno de nosotros intenta pensar qué será lo mejor, qué hubiera querido nuestro hijo…
Pero lo que no queremos aprender es a pactar con la impunidad.
Cuando decimos que TODOS SOMOS SOBREVIVIENTES, queremos llamar la atención de todos en cuanto a dos cuestiones: la necesidad inmediata de comprender la magnitud de esta masacre no solamente en cuanto a las vidas que destruyó físicamente, ese 30 de diciembre, sino a las vidas que tocó para siempre con la vara del dolor. Los sobrevivientes concretos, a esa noche terrible, son miles. Estamos conociendo y queriendo contener, recién, a unos cientos. Significa que hay más personas, en su mayoría muy jóvenes, que han sufrido el dolor terrible de ver morir a sus amigos, a sus conocidos, a sus hermanos. Hacemos cargo entonces a los empresarios avariciosos y a los gobiernos cómplices, no solamente de la muerte evitable, de casi 200 personas, sino de las secuelas físicas y psíquicas de miles de sobrevivientes. Y como sociedad, nos parece importante que demos la palabra a los sobrevivientes, que permitamos en las calles, en las escuelas, a través del arte, de todas las maneras posibles, que se expresen. El testimonio, el dolor, no solamente serán importantes para completar la causa judicial, sino también por salud mental. La palabra es necesaria, es terapéutica. Y desconfiamos de aquellos espacios, llámense escuelas, universidades, empleos, donde se oculta la palabra. ¿Será porque se pretende ignorar todos los Cromagnones presentes en los lugares por donde circulamos?
La segunda cuestión es que en un sentido amplio, todo el pueblo, todos, somos sobrevivientes. Sobrevivientes a sucesivas formas de muerte, desde el acontecer cotidiano que nos muestra pobreza, analfabetismo, desnutrición galopante, falta de escuelas adecuadas, deserción escolar, violencia institucional y doméstica –sin agotar el listado- ; y violencia empresarial e institucional, que tiene hitos en nuestra historia, como por ejemplo el accionar represivo de la dictadura militar, los crímenes del gatillo fácil, el atentado a la AMIA, entre muchos otros. Seguir vivo, y luchando, creando, es un mérito en este país.
Queremos recordar algunas de las cosas que nos han pasado en estos seis meses, además de la pérdida irreparable de seres humanos. Que nos han pasado decimos, tanto a los directamente afectados, como al conjunto del pueblo:
*Soportamos y debatimos la culpabilización que desde el poder y gran parte de los medios masivos de comunicación, se hizo de las víctimas. “Por algo será”, se dijo, en palabras similares a las utilizadas para justificar en épocas no tan pasadas, las desapariciones de personas. La juventud, uno de los sectores más castigados de la población, fue culpabilizada por supuesta irresponsabilidad, por ser desprolijos, ruidosos, descuidados…No bastó hacer morir a nuestros pibes en lo más parecido a una cámara de gas masiva, sino que se ensució sus formas de ser jóvenes, su alegría y rebeldía.
*Miramos, como espectadores, cómo el Gobierno de la Ciudad elegía en lo inmediato, reunirse con los empresarios y no con las familias afectadas. Sería muy ingenuo de nuestra parte no leer esas reuniones como complicidad gobierno/empresarial.
*Asistimos al nombramiento de personajes puestos por acuerdos políticos de cúpulas, para “ordenar” la situación, como Juan José Alvarez, señalado por numerosas organizaciones sociales y políticas como responsable directo de la masacre de Puente Pueyrredón, que cobrara las – qué casualidad- también jóvenes vidas de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán en el año 2002 *Debimos discutir con los grandes medios de comunicación los adjetivos que utilizaron al comienzo para hablar del 30 de diciembre. Accidente, tragedia, desgracia… términos que parecen hablar de algo inevitable; pero logramos finalmente que se imponga en nuestra sociedad el nombre que le corresponde: masacre, asesinato en masa. Las palabras no son neutrales, pues si un grupo de empresarios y políticos corruptos es responsable de una masacre no es lo mismo que si solamente estuvo presente en el momento de un “accidente” o de una “tragedia”. *Recurrimos a nuestra indignación y fortaleza para rechazar el ofrecimiento inmediato de reparación económica por las vidas de nuestros chicos, sugerido por Macri y concretado por Ibarra, una forma de intentar coimearnos y dividirnos, en un acto prácticamente de reconocimiento de culpabilidad por parte del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires *Soportamos intentos malintencionados de repartir las culpas en un “todos somos responsables”, que diluye los culpables concretos con nombre y apellido, y el castigo ejemplificador que la sociedad debe reclamar
*Asistimos a la indiferencia o vacío de declaraciones por parte del Gobierno de la Ciudad y del Gobierno Nacional, que intentó colocarse como un “externo” al problema, como si no hubiera sucedido dentro de nuestras fronteras. En el caso concreto del Gobierno Nacional, todos sabemos que la Policía Federal, de actuación nefasta en Cromagnon, depende del Ministerio del Interior en la figura de Aníbal Fernández
*Afrontamos constantes provocaciones realizadas con la intención de fomentar nuestra angustia, desesperación y generar reacciones que luego se tergiversaron en los medios o se justificaban únicamente desde el dolor y la supuesta locura, y no desde la legítima exigencia de JUSTICIA. *Comprobamos que la llamada Justicia puede ser diferente para unos que para otros. Tomamos como propias las palabras de nuestros abogados cuando declaran: “…las garantías que los hoy circunstanciales integrantes de la Sala V aplicaron al sr. Chabán y (…) fueron reconocidas a la sra. María Julia Alsogaray por otro Tribunal, no valen, en el marco de este sistema, para todos. No valen para los excluidos, los que luchan, los que reclaman, ni existen para los olvidados de la sociedad. Valen, como regla de oro, para los poderosos y los socios del poder; para los que roban mucho y los que matan mucho”. Un solo ejemplo concreto lo constituye el rechazo a la excarcelación de los 15 detenidos en julio de 2004 por manifestarse contra la reforma del Código Contravencional porteño – supuestos delitos cuyas carátulas no pasan, en el más importante de los casos, de daños a las cosas, por ejemplo vidrios rotos- frente a la concesión de excarcelación a un acusado por un homicidio múltiple como es Chabán.
*Desnudamos la invención de un plebiscito tramposo, que bajo el disfraz “mejor Ibarra que Macri” intentaba la legitimación del accionar irresponsable, corrupto, y en este caso homicida, del Gobierno de la Ciudad. Debemos decir que el plebiscito fracasó, Ibarra debió “dejarlo morir” porque la respuesta de los vecinos fue contundente
*Tuvimos pruebas abundantes, por si no fueran suficientes las que involucraron la atención de nuestros hijos fallecidos, del colapso del sistema de salud en una Ciudad que recauda millones de pesos en impuestos, colapso que fuera denunciado por trabajadores de la salud y negado por el Secretario de Salud Sr. Stern. Los memoriosos recordamos que cuando ocurrieron los hechos del shopping de Paraguay, el gobierno porteño aseguró que se encontraba en condiciones de afrontar una situación de similares características, que incluye por lo menos que las instituciones que intervienen en emergencias utilicen metodologías mundialmente reconocidas como es la clasificación de heridos por su grado de lesión, importante para decidir su derivación al lugar más adecuado.
*Debimos discutir con argumentos bien o malintencionados, de quienes dicen que el Gobierno de la Ciudad no puede estar preparado para asumir un desastre semejante, en una ciudad que ha sufrido los atentados de la Embajada de Israel, la embajada de la AMIA y el desastre de LAPA en épocas muy recientes. Debimos recordar que este Jefe de Gobierno está al frente de la Ciudad desde hace 6 años, y también co-gobernó con el gobierno De la Rúa, de modo que no se puede achacar sus supuestos errores a falta de experiencia. Asimismo, sabemos porque consta en la causa penal, que fue este Gobierno quien disolvió la corrupta Dirección de Inspecciones y Habilitaciones, poniendo otra corrupta dirección afín a sus ideas o –peor aún- nombrada por amistad personal y no idoneidad profesional. En este sentido decimos que Ibarra solo constituye un peligro más grande que toda la población criminal de la Capital Federal, ya que según datos publicados por la Dirección Nacional de Política Criminal, el total de homicidios dolosos en la ciudad de Buenos Aires fue de 53 en el 2004, y los culposos 76, o sea en total 129 homicidios en todo el año frente a por lo menos 194 asesinados en República de Cromagnon.
*Sufrimos las trabas burocráticas que pueden denominarse criminales, para entregar los subsidios a sobrevivientes; en este sentido denunciamos como totalmente arbitraria la fecha del 30 de junio como plazo para gestionar dichos subsidios, cuando sigue habiendo numerosas víctimas, en su mayoría muy humildes, que no han salido de sus casas por el estado de shock en que se encuentran.
*Estamos sufriendo actualmente un operativo por parte de los medios de comunicación masivos – que, lo sabemos, son empresas ellos también- una campaña destinada a poner en el lugar de víctimas a los asesinos de nuestros hijos. Así, Chabán se convierte en un pobre incomprendido, un empresario de poca experiencia, que se muestra arrepentido o que debe ser representado por su propia madre porque él no se anima a dar la cara.
Como síntesis de este conjunto de hechos terribles, decimos entonces que:
-Una vez más, aquí se ha matado por dinero; y una vez más, nadie ha muerto por dinero: muchos que han sido asesinados por dinero han muerto por justos, por humanos, por amor: estuvieron dispuestos a morir por rescatar a otros. Por ellos, no olvidaremos.
-El poder político intenta mirar hacia otro lado y lavarse las manos. Lavarse las manos manchadas de la sangre de nuestros chicos. Lavarse las manos con las lágrimas de los miles de sobrevivientes angustiados. Pero le decimos: no es posible. Esa mancha es indeleble. No quieran apelar a nuestra desmemoria.
Como contrapartida, está presente la solidaridad del pueblo argentino. Que se expresó en los terribles momentos de esa noche y sucesivas, en forma de abrazos, pasaje de información, ofrecimiento de vehículos y hospedajes, un vaso de agua o una palabra de ánimo dada a su tiempo. Que sigue expresándose en las marchas y otras acciones. Pensamos que todos vamos entendiendo que este no es un problema más, ni atañe a nuestras familias. Esto nos pasó a todos. Parte de las políticas de impunidad se basa en convencernos de que es normal la demora en actuar de la justicia, como parece “normal” la desocupación o el maltrato cotidiano. Pero que existan 22 procesados por esta Justicia es un triunfo de la movilización y la memoria de todos nosotros, el pueblo. Asimismo, estamos seguros de que –tal como les ocurrió a muchos represores de la dictadura- si esta Justicia excarcela a los asesinos como Chabán, será el juicio ético del pueblo el que le impedirá caminar tranquilo por la calle.
A los seis meses de la masacre que nos cambió las vidas decimos:
*Queremos a Chabán vivo, y donde tiene que estar: en la cárcel. Su conducta, lo sabemos, excede la culpa para caer en la intencionalidad. Por tanto la calificación de su delito es sin duda homicidio simple con dolo eventual.
*Reclamamos también en el caso de los funcionarios municipales indagados y procesados la calificación de su conducta como dolosa, porque conocían también el riesgo existente y la previsibilidad del resultado, mientras que estaban obligados por su función a velar por el cuidado de las personas
*Queremos también a Ibarra indagado, juzgado y preso; lo queremos inhabilitado para ejercer cargos públicos de por vida. En la línea de quienes han sido procesados por el juez Lucini, están faltando los responsables máximos de la masacre, es decir Ibarra y sus lugartenientes Marcelo Antuña y Juan Carlos López. Deben responder por homicidios simples ya que su conducta no puede reducirse a la simple negligencia. Decimos con firmeza que: cuando funcionarios públicos de este nivel son co-partícipes de un crimen de semejante envergadura, que involucra pérdidas imposibles de reparar, como son las vidas humanas, deben dar cuenta de sus actos en su rol de representantes del Estado.
*Queremos que la causa judicial no se estanque, dando lugar a maniobras jurídicas o mediáticas que diluyan responsabilidades
*Queremos que el Ministro del Interior, de quien depende la Policía Federal y bomberos, de nefasta actuación la noche trágica, dé cuentas a la Justicia y al pueblo
*Queremos que el Ministro del Interior, de quien depende la Policía Federal y bomberos, dé cuentas a la justicia y al pueblo por la represión posterior en marchas y actividades de familiares y amigos
*Exigimos al Ministro del Interior una lista oficial de sobrevivientes y llamamos a la Justicia a investigar seriamente la concordancia entre la lista de fallecidos oficial, las autopsias realizadas en la Morgue y los dichos de personal participante en la situación
*Repudiamos la operatoria gubernamental de realizar intimidaciones a grupos de padres de La Matanza. En esa misma línea se inscriben declaraciones a los medios por parte del Ministro Aníbal Fernández, con amenazas a los estudiantes en lucha por mejores condiciones de estudio en sus escuelas.
En la convicción de que nuestra lucha es justa, y es de todos: agradecemos la presencia de las organizaciones políticas, sociales, gremiales, vecinales, etc., que nos vienen acompañando. Llamamos a sumarse a aquellas que aun no lo han hecho, porque TODOS SOMOS SOBREVIVIENTES. Hacemos también un llamamiento a personalidades del campo del deporte, la ciencia, la salud, la recreación, la educación, etc., y en especial de la música que tanto amaban nuestros chicos, a pronunciarse decidida y públicamente, con su presencia en Marchas y otros eventos, por la Justicia y contra la impunidad. Tenemos la posibilidad, si actuamos colectivamente, de que este Juicio inaugure una manera diferente de concebir la Justicia. Queremos que para muchas cosas, por ejemplo para la escucha hacia los jóvenes, para el cuidado de las personas, para los plazos en que la Justicia actúa, contra la impunidad del accionar empresarial y gubernamental, haya un antes y un después de Cromagnon.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario